El Pago de Carraovejas es un tinto emblemático de la D.O. Ribera del Duero que captura la esencia de su terruño en el valle de Carraovejas, en Peñafiel. Este vino, elaborado con  un 93% Tinto Fino (Tempranillo), 4% Cabernet Sauvignon y 3% Merlot, refleja una armoniosa combinación de tradición e innovación, siendo un referente tanto para los amantes del vino más exigentes como para quienes buscan una experiencia accesible y placentera.

En su elaboración, las uvas son cuidadosamente seleccionadas a mano en la viña y en bodega, con una doble selección de racimos y bayas para garantizar la máxima calidad. Fermentado por parcelas con levaduras autóctonas, este vino reposa durante 12 meses en barricas de roble francés y americano, lo que le aporta una estructura equilibrada y un carácter tostado que no opaca su vibrante frescura. Clarificado con clara de huevo natural, el Pago de Carraovejas destaca por su elegancia y su capacidad para conquistar a todo tipo de paladares.

Proveniente de viñedos situados a más de 900 metros de altitud, en suelos calizos con arcillas rojas y margas blancas, este vino es el resultado de un meticuloso trabajo en las laderas de Carraovejas, donde las viñas se autorregulan para ofrecer lo mejor de sí mismas. La bodega, fundada en 1987 por José María Ruiz, ha sabido posicionarse como un icono en Ribera del Duero, siendo pionera en el uso de roble francés y en la incorporación de variedades como el Cabernet Sauvignon y el Merlot, que aportan complejidad y distinción.

A la vista, presenta un intenso color púrpura con ribetes violáceos y una lágrima seductora que tiñe la copa. En nariz, despliega un abanico de aromas que combinan frutas rojas y negras maduras, como cerezas, moras y arándanos, con notas especiadas, toques de regaliz, cacao y un fondo balsámico que evoca el frescor del bosque. En boca, se muestra jugoso y cremoso, con taninos pulidos y una acidez bien integrada que aporta frescura. Su paso es aterciopelado, dejando un final persistente donde se entrelazan la fruta madura y las notas tostadas de la madera, con un toque láctico que lo hace irresistible.

El Pago de Carraovejas es un vino para todos: seduce a los conocedores por su profundidad y equilibrio, y enamora al público general por su carácter afrutado y su textura sedosa. Perfecto para acompañar un buen asado, carnes rojas o una tabla de quesos, este tinto es una invitación a disfrutar de la pasión y el cuidado que hay detrás de cada botella, un reflejo del paisaje único del valle de Carraovejas que no deja indiferente a nadie.